En los últimos años, animados por las ganas de hacer algo distinto, divertido y que fomenta la conexión, un  número creciente de parejas se han interesado en seguir cursos de baile de distintos tipos. Por ello también han aumentado el número de centros que los imparten, incluyendo asociaciones vecinales e instituciones muy próximas a las personas.

Existen muchos estudios sobre las ventajas del baile para la salud, tanto a nivel mental como a nivel físico, y es cierto que además el baile puede ayudarte en tu relación, pero ¿cómo enfocar el baile para todos aquellos que nos cuesta más movernos y soltarnos?

Bailar es algo que a mucha gente le cuesta y puede darnos vergüenza. una forma de auto expresarnos que puede hacernos sentir muy vulnerables. Sin embargo, para ponerlo en práctica, no necesitamos ser súper coordinados ni bailar de lo mejor.

Se trata simplemente de dejarse llevar por un deseo interior de moverse, que por cierto, los niños, reflejan muy claramente. La popular escritora e investigadora Brené Brown afirma: “yo mido la salud espiritual de nuestra familia por lo que se baila en la cocina” Lo comparto totalmente.

Bailar es también una forma de cultivar el romanticismo, la unión, la comunión con la pareja. Existen tantas formas de bailar como estados de ánimo y los únicos límites a la forma que podemos darle están en nuestras propias creencias. Si sientes que la vergüenza te para o que el sentimiento de estar expuesto y vulnerable te supera puedes probar a vendar tus ojos o bailar con los ojos cerrados.

Los ojos son un órgano de control, por lo que si eliminamos la mirada enjuiciadora dejamos el control a un lado. Puede ser muy divertido y liberador.

Una segunda propuesta es bailar sin música y abrazados. Se trata de abrazaros, sentiros, respirar y poco a poco dejar que vuestro cuerpo vaya meciéndose. El cuerpo relajado por inercia tiene su propio vaivén, si lo dejamos fluir mientras estamos abrazados se produce una sinergia muy agradable. Ambos nos dejamos mecer, mover, fluir, en un único movimiento creado por los dos, dejando que la mente desaparezca y haya sólo movimiento, suave, sutil.

La danza es una actividad neural en la cual se integra lo emotivo, lo sensorial, lo motor, lo racional. Démosle al cuerpo la posibilidad de expresarse más allá de la palabra a través del movimiento. Tened listas de canciones preparadas por ambos para distintos estados de ánimo. Dedicar tiempo a bailar, a fluir a sentir es nutrir la relación.