La mentira, y el secreto que ésta implica tienen un efecto negativo en la relación. Cuando mentimos, podemos estar utilizando un mecanismo psicológico llamado disonancia cognitiva. Según este proceso, sostener dos creencias contradictorias a la vez produce un desequilibrio psicológico, y para resolver esta incongruencia, cambiamos lo que pensamos acerca de una de ellas.

La disonancia cognitiva es también el mecanismo que utilizamos al fumar: si pienso que fumar es malo y al mismo tiempo pienso que quiero estar bien, esto no es congruente, por lo que alteramos una de estas dos creencias: “sólo fumo 2 o 3 al día”, “lo voy a dejar pronto”, “mi abuelo fumó hasta los 90”… y ya no vemos el fumar como algo tan malo.

Con las mentiras ocurre lo mismo. Para resolver la contradicción interna, al mentir nos decimos cosas del tipo: “son mentiras piadosas”, “no es importante”, “si le digo la verdad es peor”… y con esto justificamos la deshonestidad. Es cierto que la honestidad no es un valor importante para todos, pero muchas veces sí valoramos mucho la honestidad mientras utilizamos la mentira ocasionalmente.

También es verdad que hay algunos problemas de personalidad que conllevan la mentira patológica o compulsiva como síntoma. En este caso solamente un profundo trabajo terapéutico puede facilitar un cambio de conducta que permita una conexión emocional más profunda.

Normalmente se miente por vergüenza o por miedo. La persona que miente normalmente teme que si dijera la verdad o ésta se descubriera se crearía un conflicto difícil de sostener, y que podría llegar a perder algo, como un privilegio, la confianza o quizá incluso la relación. También puede sentir vergüenza o culpa acerca de un comportamiento y la mentira actúa como mecanismo de defensa de este sentimiento reprimido.

A todos nos gustan las personas que nos hacen sentir respetados, cuidados y honrados. Sin embargo, mentir a otra persona comunica justo lo contrario.

Estas son algunas de las emociones y reacciones que sentimos cuando descubrimos que hemos sido engañados:

  • Cuando descubrimos una mentira, sentimos que no somos importantes para la otra persona, nos sentimos mal con nosotros mismos, y podemos sentir que no somos dignos o merecedores de saber la verdad
  • Nos sentimos tontos, como alguien a quien se le puede tomar el pelo
  • Es posible que nos hayamos abierto o entregado a la otra persona y al descubrir una mentira nos sintamos tristes o solos
  • La confianza es la tierra fértil y necesaria para que el amor pueda germinar y crecer. Cuando nos sentimos engañados, la confianza desaparece y es arduo y complejo el trabajo de recuperarla
  • Si has descubierto una mentira sin que te lo hayan confesado puedes sentir que la otra persona no ha confiado suficiente en ti y no ha tenido cuidado y consideración hacia vuestra relación como para compartir la mentira

El problema no es que pienses mal sobre la persona que te ha engañado, lo más importante no es lo enfadado que puedas estar hacia tu pareja. Lo realmente difícil es lo mal que llegas a sentirte contigo mismo cuando eres engañado.